Los golpes y humillaciones públicas a los estudiantes como forma de castigo era algo frecuente y considerado “normal” en otras épocas en Chile. Era común que los profesores propinaran golpes con chicote, látigos y palmetas de madera en las manos de los niños, niñas y adolescentes como una forma de “corregir” malos comportamientos, prácticas que con el tiempo se fueron moderando y prohibiendo en muchos países del mundo.